Si no se repite el partido, la FIFA le estará diciendo a la gente: si haces trampas, ganarás. Todo el mundo vio la mano de Henry". Las palabras no pertenecen a cualquier aficionado irlandés dolido tras quedarse fuera del Mundial, son del mismísimo ministro de Justicia del país gaélico, Dermot Ahern. Ayer por la mañana, aún latía caliente el grave error del sueco Hansson en el Francia-Irlanda de la repesca, Ahern convertía la infamia en una cuestión de estado. Minutos después, la Federación Irlandesa de Fútbol (FAI), pedía el replay de manera oficial: "La descaradamente incorrecta decisión del árbitro de otorgar el gol ha dañado la integridad del deporte. Pedimos a la FIFA que repita el partido, como se jugó de nuevo (en 2005) otro entre Uzbekistán y Bahrein".
No habrá caso, más allá de la rabieta. Fuentes de la FIFA consultadas por AS reconocieron que el choque no se repetirá "bajo ningún concepto". "Eso provocaría un caos, pues obligaría a repetir todos los encuentros en los que alguien se sintiera perjudicado". La FIFA arguye que en aquel Uzbekistán-Bahrein el error arbitral fue de carácter técnico (el juez no ordenó repetir un penalti marcado, cuando un compañero del goleador había entrado en el área antes de tiempo) y, en este caso, el fallo de Hansson fue de apreciación.
Lo sabe bien Trapattoni, técnico italiano, seleccionador irlandés que murió en la orilla de la injusticia: "Ya es imposible que haya replay, pero pido a la FIFA que explique por qué pone a árbitros así en partidos tan importantes". Sus futbolistas sí acusaron con rabia. El capitán Robbie Keane cargaba duramente contra la FIFA: "Platini hablaría con Blatter, encantado por el resultado del partido". Delaney: "Fue una parodia mundial". El defensa St. Ledger clamó contra Henry: "Nos han atracado. No sé cómo se sentirá Henry, pero ahora ya sabe que todos le recordarán por esta vergüenza".
"Le di con la mano, pero yo no soy el
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